Análisis ecorregional

Ecorregiones

Las ecorregiones son unidades que comparten características en términos del paisaje y la biota que albergan, y se han utilizado como unidades para orientar las acciones de conservación y para identificar áreas prioritarias con base en rasgos relacionados con la biodiversidad, de acuerdo con el estado de conservación y el grado de protección que han alcanzado. Los análisis ecorregionales permiten mostrar deficiencias en la representación de ecosistemas en las redes de áreas protegidas y brindan una primera aproximación para tener un marco de referencia para fortalecer las acciones de conservación en México.

Clasificación ecorregional

Para Norteamérica existe una clasificación ecorregional común de los ambientes terrestres (niveles I a III, anidados), resultado del proyecto coordinado por la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA 1997) que involucró a dependencias ambientales de los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá, elaborado por equipos de expertos. Los criterios de diagnóstico para las unidades de la cartografía se basaron en componentes de los ecosistemas que se consideran perdurables y relativamente estables como tipos de suelo, formas del terreno y tipos de vegetación, entre otros.

Para México, el INEGI, la Conabio y el INE publicaron en 2008 un mapa de ecorregiones basado en un proceso participativo para la actualización a mayor detalle y la delimitación de las ecorregiones de nivel IV, a escala 1:1 000 000, que definió 99 ecorregiones en total, tres en islas y 96 en la parte continental.

Representatividad ecorregional

En 2008 se identificaron cuatro ecorregiones, cuya extensión es pequeña, ya que suma cerca de 0.22% del territorio nacional y no estaban representadas en la red de áreas protegidas; mientras que 56 ecorregiones, que cubren 67.43% del territorio nacional, eran omisiones de conservación (es decir, su cobertura estaba por debajo del umbral de 12% que se consideraba la meta que deberían alcanzar los países) con diferentes niveles de subrepresentación entre 0.005 a 10.10 porciento. De éstas, 16 representaban omisiones de muy alta prioridad (<1% de su superficie protegida), 14 de alta prioridad (>1% a <3%), 15 de prioridad media (>3% a <5.5%), ocho de baja prioridad (>5.5 a <8%) y tres de muy baja prioridad (>8 a <11%).

Representatividad de tipos de vegetación en las ecorregiones


Para complementar el análisis ecorregional se realizaron análisis de vacíos y omisiones considerando los 51 tipos de vegetación natural de la Serie III de la carta de uso del suelo y vegetación del INEGI (2005); 47 tipos clasificados en condición primaria, cuya extensión era equivalente a 48.7% del país. En 2008, había 26 ecorregiones que contaban con menos de 0.05% de cobertura de vegetación primaria, situadas principalmente en Veracruz, el centro y sureste del país. El hecho de que las ecorregiones de menor tamaño tuvieran una menor superficie proporcional de vegetación primaria, en relación con las ecorregiones más grandes, tiene importantes consecuencias para lograr la representatividad de hábitats y paisajes de las mismas en buen estado de conservación.

El análisis de vacíos y omisiones en conservación mostró que de los tipos de vegetación primaria sólo el matorral de coníferas (649 ha) era vacío de conservación, es decir, no se encontraba representado en las áreas protegidas, aunque 326 ha restantes de este tipo de vegetación en condición secundaria se encontraban protegidas. En 16 tipos de vegetación primaria, cuya extensión equivalía a 50.4% del total de la vegetación primaria de México, se observaron omisiones en conservación, pues se encontraban representados por debajo de la media nacional protegida (12%) con valores entre 0.9% a 11.5%. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, el mezquital, el pastizal natural, el matorral espinoso tamaulipeco, el pastizal halófilo, los bosques de galería y la vegetación gipsófila (afín al yeso).

Treinta tipos de vegetación primaria, que cubrían 49.6% del total de vegetación primaria del país, estaban representados en las áreas protegidas por encima de la media nacional protegida, entre ellos: bosque de encino, bosque de pino-encino, matorral desértico rosetófilo, bosque de encino-pino, bosque mesófilo de montaña (bosque nublado), vegetación de galería (riparia o ribereña), selva baja perennifolia, selvas altas y medianas perennifolia y subperennifolia, selva mediana subcaducifolia, matorral rosetófilo costero, manglar, bosque de oyamel, vegetación de petén y pradera de alta montaña, con valores de representatividad entre 12.3% a 99.6% en las áreas protegidas. No obstante, hay tipos de vegetación primaria que han sido drásticamente afectados por procesos de deforestación y fragmentación, y para los que sólo quedan remanentes de su cobertura original, entre los que se encuentran los ecosistemas más diversos como las selvas húmedas y los bosques mesófilos, y que, por lo tanto, deben ser prioridades de conservación.



Representatividad de pisos altitudinales


Se clasificó el territorio nacional por pisos altitudinales de 200 m para evaluar su cobertura por áreas protegidas (AP), considerando el umbral de 12% (que en 2008 se consideraba la meta a alcanzar). Las categorías de elevación, cuya cobertura por áreas protegidas cubría la meta propuesta, era equivalente a 44.5% del territorio de México. Por otra parte, 10 pisos entre los intervalos altitudinales a nivel de mar, de 400 a 600 m y 1,000 a 2,600 m (55.5% del territorio nacional), resultaron ser omisiones de conservación con diferentes niveles de subrepresentación, entre 0.3 a 11%. Las zonas localizadas por encima de 2 600 m estaban protegidas por encima del umbral de 12%, mientras que la superficie con elevaciones mayores a 4,000 m (0.009% del país) están comprendidas en su totalidad dentro de áreas protegidas, lo que muestra un claro sesgo en la protección de los diferentes gradientes ambientales.

Regiones prioritarias


Las regiones prioritarias fueron identificadas por medio de talleres de especialistas realizados entre 2006-2008, en los que se definieron las áreas de mayor relevancia en cuanto a la riqueza de especies, presencia de organismos de taxones endémicos y áreas con un mayor nivel de integridad ecológica, así como aquéllas con mayores posibilidades de conservación en función a aspectos sociales, económicos y ecológicos (Arriaga et al. 2009). Las regiones prioritarias para los ambientes terrestres, acuáticos y marinos, respectivamente conocidas como RTP, RHP, RMP, así como las Áreas para la Conservación de las Aves (AICA) dieron un marco importante para la planeación regional y para dirigir esfuerzos de investigación sobre el conocimiento de la biodiversidad en México.

Las RTP, RHP y AICA fueron consideradas para identificar regiones bioculturales prioritarias para la conservación y el desarrollo sustentable, que destaca el importante papel de los territorios indígenas en mantener la cobertura vegetal y que 70% de los territorios indígenas está incluido en las prioridades para la conservación de la biodiversidad (Boege 2009).


Materiales de difusión y divulgación



Capítulos de libros
Notas para medios
Referencias

CONABIO. 2021. Análisis ecorregional. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, México. https://www.biodiversidad.gob.mx/pais/planeacion-para-la-conservacion/analisis-ecorregional. Fecha de consulta: 
Contenido: Subcoordinación de Evaluación de Ecosistemas, Dirección General de Análisis y Prioridades.

Actualizado en: 09/03/2021 - 03:52hrs.