Planeación para la conservación y restauración de la biodiversidad

La extraordinaria diversidad biológica y cultural de México impone grandes retos para su conservación, restauración y uso sustentable. Con el objetivo de brindar herramientas sobre las prioridades de conservación de nuestro patrimonio natural que contribuyan con conocimiento para orientar y fortalecer la protección in situ y el manejo sustentable de los hábitats y especies más vulnerables de nuestro país, la CONABIO ha realizado varios análisis que han contado con una amplia participación de especialistas de diversas instituciones académicas y de investigación, organizaciones de la sociedad civil y dependencias gubernamentales de los tres niveles de gobierno. Estos análisis han evaluado los sistemas de áreas protegidas nacionales y regionales, sobre diversos aspectos como su representatividad y complementariedad, los patrones de distribución de la biota y la conectividad ecológica, entre otros, y son útiles en la planeación de estrategias de manejo y conservación y para brindar acceso a información sintetizada a los usuarios interesados.

Los primeros esfuerzos se iniciaron hace más de dos décadas al identificar las regiones prioritarias de México y las áreas de importancia para la conservación de las aves. Posteriormente, para dar cumplimiento al Programa de Trabajo sobre Áreas Protegidas de 2004 del Convenio sobre la Diversidad Biológica, la CONABIO en acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y con más de 260 colaboradores, coordinó los análisis de vacíos y omisiones en conservación del sistema de áreas protegidas con el enfoque de la planeación sistemática de la conservación. En conjunto, se incluyeron más de 3,500 coberturas de datos biológicos para determinar las prioridades con mayor detalle, además de incorporar los principales factores de presión y amenaza que comprometen la conservación de la diversidad biológica en el largo plazo.

Los sitios de atención prioritaria y los sitios prioritarios para la restauración surgen como una propuesta de integración de los análisis de vacíos y omisiones de ambientes terrestres, acuáticos epicontinentales (“de agua dulce”) y costeros, para distinguir entre los espacios naturales que cuentan con la mayor diversidad biológica y en mejor estado de conservación de los que requieren de esfuerzos para su recuperación; estos sitios son complementarios.

Asimismo, en el marco de los análisis de planeación sistemática se han realizado otros análisis para el diseño de corredores biológicos en algunos estados del sur de México, así como para grupos de especies clave, por ejemplo, los primates que juegan un papel relevante en mantener los procesos y funciones de los ecosistemas, o parientes silvestres de cultivos por su importancia para la seguridad alimentaria del país, de la región y el mundo.

Para fomentar la resiliencia de los ecosistemas, dentro y fuera de las áreas protegidas, se han identificado corredores bioclimáticos que son rutas que evitan en lo posible zonas con alto impacto humano y cambios bruscos en el clima, para facilitar la movilidad y dispersión de individuos de diversas especies entre hábitats que tienen condiciones adecuadas para su sobrevivencia ante el cambio climático global.

Síntesis de los análisis que se han realizado


La conservación de la biodiversidad se refiere a las acciones humanas que buscan proteger al menos una porción representativa de la naturaleza —genes, especies, ecosistemas, paisajes— de otras acciones humanas que causan deterioro, y también se refiere al uso sostenible de la biodiversidad (Gómez-Pompa 1998). La protección y manejo de espacios naturales y sus valores culturales es una práctica antigua por parte de muchas culturas en el mundo, incluyendo culturas precolombinas de México (Gómez-Pompa y Kaus 1999; Heinen 2012). En el último siglo, y en particular, en las últimas cinco décadas, la mayoría de los países ha institucionalizado la protección por medio de áreas protegidas (Heinen 2012), bajo distintos tipos de manejo, gobernanza y jurisdicción, y hoy en día son reconocidas como uno de los instrumentos de conservación más importantes.

En la actualidad, en todo el mundo es ampliamente reconocido que las áreas protegidas son espacios que contienen solo una muestra de la biodiversidad de un país o una región, que se deben gestionar en el contexto de una red para que no queden aisladas, por lo que destaca la necesidad de conectar dichos espacios para la protección de hábitats y especies, en particular en áreas de alta biodiversidad, que permita mantener la funcionalidad de los ecosistemas, los beneficios de la naturaleza y la conservación de la biodiversidad en el largo plazo. Lo anterior se refleja en los compromisos adquiridos en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, en particular la meta 11 de Aichi y los retos del Post-2020, y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

Vacíos y omisiones en conservación


Los análisis de vacíos y omisiones en conservación (conocidos como “GAP Analysis”) siguieron diversos enfoques y escalas para identificar prioridades en conservación en ambientes marinos, terrestres y acuáticos epicontinentales y guiar los esfuerzos de conservación en el país. Se siguió el enfoque ecorregional, por gradientes altitudinales y por agrupaciones vegetales para determinar los niveles de representatividad y prioridad con base en variables biológicas, factores de riesgo y de respuesta; asimismo, se llevaron a cabo ejercicios de priorización en cada uno de los ambientes. Dichos ejercicios se caracterizaron por incorporar la información más completa sobre la biodiversidad compilada hasta el momento, con base en distintos elementos de dicha biodiversidad utilizados como indicadores (p.ej., áreas de mayor riqueza de especies y endemismo, distribución de ecosistemas y especies, en particular especies en riesgo de extinción, prioritarias, endémicas, de distribución restringida y amenazadas por comercio internacional). 

Además, se usaron criterios robustos, guiados por la opinión de expertos para asignar metas o valores de conservación, así como factores de amenaza y riesgo considerados como barreras a la conservación para identificar áreas con la mayor importancia biológica en las que a su vez, sea más factible realizar acciones para su conservación. Los análisis siguieron los principios de la biología de la conservación, y para ambientes terrestres y acuáticos epicontinentales los principales enfoques de la planeación sistemática de la conservación.

Glosario
  • Complementariedad: Uno de los principios de la planeación sistemática de la conservación, que se refiere a una medida sobre  los elementos  de biodiversidad (ganancia marginal)  de un área determinada en un contexto más amplio (Faith et al. 2003), o el grado en el que un área o conjunto de áreas contribuye a la representación de los elementos de la biodiversidad subrepresentados en las áreas de conservación existentes (Margules y Pressey 2000). Aplicar este principio permite identificar áreas para la conservación que contribuyan a que el conjunto de las áreas existentes y las nuevas sume  el mayor número posible de elementos conocidos de la diversidad biológica, por lo que se logra obtener soluciones eficientes.

  • Conectividad del paisaje: Una medida del grado en que el paisaje facilita o impide el movimiento de los organismos entre hábitats que son relevantes para la sobrevivencia y el bienestar de los organismos; es una propiedad emergente de la interacción de las especies con el paisaje que depende del tamaño y el arreglo espacial de los diversos elementos geofísicos del paisaje (ej., tipos de hábitats y usos del suelo) y se puede medir en distintas escalas espaciales. En específico, la conectividad estructural describe la variedad y el arreglo espacial de los elementos del paisaje, mientras que la conectividad funcional toma en cuenta la respuesta de los organismos a la estructura del paisaje y se incrementa cuando se incrementa el movimiento o dispersión de los organismos (Taylor et al. 1993; Hilty et al. 2006). 

  • Conectividad ecológica: El movimiento de organismos sin obstáculos y el flujo de procesos naturales que sostienen la vida en la Tierra (CMS, en Hilty et al. 2020).

  • Conectividad funcional para especies: Una descripción del grado en que se mueven genes, gametos, propágulos o individuos a través del paisaje terrestre, de agua dulce o marino (Rudnick et al. 2012; Weeks, en Hilty et al. 2020).

  • Planeación sistemática de la conservación: Rama de la biología de la conservación que establece un marco de trabajo para identificar áreas prioritarias para la conservación, de manera estandarizada y repetible. La disciplina se ha desarrollado rápidamente debido al aumento de las capacidades computacionales y el uso de algoritmos que permiten integrar y analizar grandes volúmenes de datos georreferenciados y digitales en tiempos relativamente cortos. Para determinar áreas prioritarias para la conservación usualmente se integra la información de los elementos de la biodiversidad mejor conocidos, que se denominan indicadores, subrogados o sustitutos, ya que resulta prácticamente imposible conocer todo el conjunto de elementos que constituyen la biodiversidad en un sitio o región (Margules y Sarkar 2009). 

  • Representatividad: Se refiere a uno de los objetivos de conservación, que establece que la red de reservas o áreas de conservación contengan una muestra de la variedad de la biodiversidad, idealmente en todos sus niveles de organización (Margules y Pressey 2000).

  • Servicios ecosistémicos o ambientales: Bienes y productos  que las personas obtienen de los  componentes, procesos y funciones de los ecosistemas. La Evaluación de los ecosistemas del milenio clasificó los servicios ecosistémicos en servicios de: provisión, regulación, culturales y de soporte (Sarukhán et al. 2012).

Referencias

CONABIO. 2021. Planeación para la conservación y restauración de la biodiversidad de México. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, México. https://www.biodiversidad.gob.mx/pais/planeacion-para-la-conservacion, fecha de consulta: 
Contenido: Subcoordinación de Evaluación de Ecosistemas, Dirección General de Análisis y Prioridades.

Actualizado en: 11/03/2021 - 19:00hrs.