Índice de impacto humano

En los últimos dos siglos, pero sobre todo en las últimas cinco décadas, la actividad humana se ha convertido en un factor de modificación profundo de la naturaleza y de los procesos ecológicos que han puesto en riesgo de extinción a miles de especies en todo el mundo (Sarukhán et al. 2017; IUCN 2020). El crecimiento de las actividades humanas y sus impactos ambientales tiene su origen en factores sociales, económicos y políticos que históricamente han derivado en la deforestación y en cambios en la cobertura vegetal, la introducción y expansión de especies exóticas invasoras, cambios en el flujo de nutrientes, contaminación, sobreexplotación de especies y recursos naturales, y cambios en el clima; muchas de las modificaciones ambientales tienen efectos más allá de los lugares en los que se originan, que contribuyen al cambio global (Sarukhán et al. 2017; Sage 2019).


La Biología de la Conservación, en particular la rama de la planeación sistemática para la conservación, ha planteado la necesidad de priorizar acciones para la conservación de los diversos niveles de organización de la diversidad biológica, considerando las tendencias de impacto humano y los recursos limitados que son destinados a las acciones de conservación y restauración.

Se han usado diferentes enfoques para priorizar acciones de conservación en el territorio que responden a diversos objetivos (Brooks 2006), pero todos requieren conocer la distribución de la biodiversidad y de sus amenazas. Para contar con un indicador del impacto humano para realizar los análisis de vacíos y omisiones en conservación de la biodiversidad de México, se desarrolló el índice de impacto humano, MexbBio, con base en el marco conceptual del modelo Modelo Global de Biodiversidad (GLOBIO3, Alkemade et al. 2009), el cual evalúa cambios en la biodiversidad inducidos por el hombre y establece relaciones de causa-efecto entre factores de presión y amenaza, con información de la literatura científica. El modelo fue adaptado para México con una resolución de 1 km2 y considera la condición de la vegetación, el uso del suelo, la fragmentación y la infraestructura carretera (Kolb 2016).

Este índice se actualizó con la cartografía digital de uso del suelo y vegetación, Serie VI del INEGI (2016), y se adecuaron los valores de impacto asociados a los pastizales cultivados y matorrales primarios (Conabio 2018). A partir de este índice se estima un impacto severo en gran parte del país, por lo que es necesario impulsar prácticas de uso sostenible, los instrumentos dedicados a la protección de ecosistemas en mejor estado de conservación y la recuperación de ecosistemas degradados, en un contexto de una planificación regional del paisaje que permita minimizar la pérdida de biodiversidad y asegurar la continuidad de los procesos ecológicos (Dirzo et al. 2009).


Referencias

CONABIO. 2021. Índice de impacto humano. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, México. https://www.biodiversidad.gob.mx/pais/planeacion-para-la-conservacion/impacto-humano. Fecha de consulta: 
Contenido: Subcoordinación de Evaluación de Ecosistemas, Dirección General de Análisis y Prioridades.

Actualizado en: 11/03/2021 - 00:09hrs.