Dicen que del tamaño del problema es el tamaño de la negación. Y si, desde niña escucho sobre el desequilibrio que le hemos causado al medio ambiente y una corrosiva costumbre permeaba por mi conciencia hasta que un día mi hijo, que en ese momento solo tenía tres años de edad empezó a poner sus ojos y su corazón en el mundo de los animales y las plantas. Emiliano incorporaba día tras día a su vocabulario y al mío, nombres de especies que en la vida había escuchado. Los libros, videos y programas de televisión sobre estos temas inundaron nuestra casa y desde los cuatro años ya decía: - mamá yo voy a ser “hepetologo”, - será herpetólogo, - si por eso, hepetólogo.
Desde hace dos años la vida me fue poniendo en el camino los elementos para que desde la música pudiera, a título personal, acercarme al tema de la biodiversidad. Entonces me entero que México es uno de los diecisiete países con más variedad de plantas y animales, que tiene prácticamente todos los ecosistemas que hay en la Tierra y que sobre éstos, se han desarrollado decenas de culturas. Qué especie tan afortunada somos, con tantas caras diferentes, tantas maneras de cantar, de bailar, de cultivar.
Así nace Aguadiosa. Una idea que hace eco en mi corazón y va tomando forma. Al igual que los proyectos anteriores, el camino lo voy descubriedo. Me sumerjo, me abro a la seducción y es entonces cuando los milagros ocurren: aparecen los maestros, todo se torna maravilloso, apasionante y el compromiso surge como una respuesta natural y amorosa ante el regalo de la conciencia. En Aguadiosa, lloro, cantando, río, cantando, oro, cantando. Ojala que este trabajo sea una provocación ante el letargo, ante la cómoda moral, ante el consumo desmedido y la compulsión por acumular.
Hoy más que nunca me gustaría saber cómo hacer conjuros para compartir de una manera sabia, esta savia que sube por mis venas, que me grita desde adentro que debo reaccionar ahora, trabajar ahora. Aguadiosa es mi gotita de conciencia, es mi intento por contagiar amorosamente las ganas de cuidar de éste, nuestro aun, hermoso hogar, la Tierra.
Susana Harp Iturribarría
México ha sido privilegiado por una excepcional diversidad biológica, que ha propiciado el desarrollo de una extraordinaria diversidad cultural, de la que son testigo los numerosos grupos étnicos y sus más de 300 lenguas y que ha enriquecido la diversidad biológica aportando numerosas plantas cultivadas que hacen de México un centro mundial de domesticación de plantas, muchas de las cuales son alimento básico de numerosos países. El desarrollo histórico de nuestro país, nos han hecho olvidar esa diversidad cultural y hemos perdido la noción de que dependemos de nuestro capital natural no solo para nuestro bienestar sino para nuestra sobrevivencia. Nuestra sociedad no incluye a la naturaleza como parte de su cultura. Por ello, el proyecto Aguadiosa constituye una iniciativa inspiradora por la creatividad de Susana Harp. La comunicación de la riqueza biológica del país, de sus problemas ambientales y nuestra responsabilidad hacia ella, a través de la música tradicional y contemporánea y de las imágenes de magníficos ecosistemas y especies únicas, nos abre nuevos caminos para la concientización de la sociedad mexicana hacia una cultura de valoración y respeto a la naturaleza. Muchas gracias Susana por esta maravillosa iniciativa.
José Sarukhán
Coordinador Nacional
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
* Ganadores del concurso "México, país de las maravillas. Cantos y cuentos por la naturaleza", convocado por la Comisión para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad, Asociación Cultural Xquenda, A.C. y la Fonoteca Nacional (2012). Convocatoria PDF | Temas PDF
Este asombroso manto es como un gran sarape tejido con millones de hilos distintos que se entrelazan de manera compleja y mantienen las características y propiedades del sarape: sus colores y matices, su textura, su olor, su calor. Los hilos son la enorme diversidad de seres que vivimos en el planeta: microorganismos, hongos, plantas y animales, incluyéndonos como especie humana.
Todos los hilos nos entretejemos de dos maneras. En primer lugar ¡todos somos parientes! Así es, las más de dos millones de especies registradas hasta la fecha que habitamos el planeta compartimos parientes, lejanos y cercanos, formando una gran familia. Todos provenimos de los diminutos y sencillos organismos que un día originaron la vida en este planeta. Somos parientes de hongos, bacterias, plantas, peces, reptiles, anfibios, aves… y no se diga de los mamíferos.
En segundo lugar, todos los seres vivos construimos y renovamos nuestro cuerpo día a día con materiales y energía que obtenemos de nuestros parientes. Leche, carne, huevos, ensaladas, semillas y frutas que comemos todos los días, son alimentos sin los cuales no sobreviviríamos. Ellos nos proporcionan proteínas, azúcares, grasas y vitaminas que nos permiten crecer y mantenernos sanos. Asimismo, los microorganismos, los hongos y todos los animales, obtienen estos materiales de otros seres vivos. Por otro lado, las plantas verdes son las fábricas vivas que capturan la energía del sol y la transforman en energía química. Gracias a este impresionante fenómeno llamado fotosíntesis, que inventaron las plantas hace millones de años, todos sus parientes nos beneficiamos al tomar de ellas la energía que capturaron del sol.
Este inmenso y colorido sarape conocido como biosfera (la capa de la Tierra en donde existe la vida), nos puede parecer muy grueso y resistente. En su intrincado tejido, encontramos vida desde en las trincheras marinas a diez kilómetros de profundidad, hasta fabulosas aves volando a más de ocho kilómetros de altura. Sin embargo, la vida se concentra en una fina capa de la Tierra que mide solamente unas cuantas decenas de metros.
A pesar de ser parientes y de que todos requerimos materia y energía para mantenernos, los seres vivos somos muy distintos. Muchos de ellos podrían ser candidatos elegibles a algún papel en una película de ciencia ficción. De hecho, algunos de mis amigos, lo son. Actualmente, los científicos han registrado alrededor de 2 millones de especies, pero consideran que puede haber alrededor de 10 millones o más en el planeta. Estos incluyen desde la gran diversidad de bacterias, protozoarios, algas y hongos de una sola célula que viven minutos en tan sólo una insignificante gota de agua, hasta la gigantesca ballena azul de entre 20 y 25 metros con más de 150 toneladas de peso, que vive entre 80 y 90 años, y atraviesa medio planeta durante sus migraciones. Cada uno de estos seres vivos es un bello, maravilloso e irremplazable hilo de nuestro sarape. Tan solo acuérdate de los pequeños colibríes, que pesando unos pocos gramos, pueden hacer increíbles piruetas en el aire, presumiendo un plumaje inigualable. Además son responsables de la polinización de muchas flores que se convierten en frutos y dan continuidad a las poblaciones de plantas, de las que muchos nos beneficiamos.
En México hemos sido afortunados ya que por la ubicación del país en el globo terrestre, sus enredadas montañas, diversidad de mares e islas y grandes penínsulas, así como la compleja historia natural del continente, somos uno de los cinco países con mayor diversidad de especies. Aquí vive alrededor del 10% de las especies del mundo: ocupamos el segundo lugar en reptiles, el tercero en mamíferos, el quinto en anfibios y en plantas vasculares y el onceavo en aves. Somos el centro de diversidad de cactos, pinos, magueyes, encinos, y víboras de cascabel, entre otros grupos.
Por si fuera poco, muchas de las especies solo viven en México, es decir son endémicas. Habrás oído de la vaquita marina, del ajolote mexicano, del teporingo, de la mariposa esperanza, del charal de Alchichica, de la chara enana, del maíz perenne, del cacto cabeza de viejo, y del tetecho, entre muchas otras especies endémicas. Su porcentaje en el país es realmente alto; ahí te van unos ejemplos: arañas y alacranes: 31%; sapos, ranas y salamandras: 48%; lagartijas, serpientes, tortugas y cocodrilos: 57%; mamíferos: 30%; coníferas: 54%; pastos y palmeras (monocotiledóneas): 44%; y magnolias y margaritas (dicotiledóneas): 53%. La distribución de estas especies puede estar restringida a tan sólo a un lago, un río, una montaña o una selva, y por eso son muy frágiles y especiales.
En México también viven y conviven una gran diversidad y riqueza de culturas humanas que le dan matices espectaculares al hermoso sarape. Nuestros pueblos originarios son los creadores de la gran variedad de plantas domesticadas como el maíz, amaranto, calabaza, chile, frijol, vainilla, cacao, jitomate, tomate, camote, algodón y girasol, entre muchas otras, y de algunos animales como el singular guajolote y el magnífico e inconfundible perro xoloizcuintli. El proceso de domesticación y la gran diversidad de estos cultivares se debe a la cuidadosa y constante aplicación de los conocimientos y tradiciones de estas milenarias culturas que continúan siendo aplicadas año con año por los campesinos de hoy en día durante cada temporada de siembra. Son productos vivos que se transforman constantemente bajo su cuidado y que han beneficiado a todo el mundo.
Sin embargo, debido a nuestra falta de cuidado, el sarape se está deshilachando. Ha perdido gran parte de sus colores, de su textura, de sus olores, y lo más importante, de sus funciones. Nuestra especie, a pesar de considerarnos los más inteligentes del planeta, hemos ido descuidando mucho nuestra relación con estos parientes a tal grado que somos los indiscutibles causantes de la desintegración del sarape.
Sin ni siquiera pensarlo, los seres humanos desperdiciamos y ensuciamos el agua que bebemos, hogar de miles de plantas y animales únicos. Nuestra basura va a parar a ríos, lagos y hasta el mar, contaminando lugares muy apartados de donde vivimos y habitados por otro seres vivos. Con nuestros vehículos y fábricas ensuciamos el mismo aire que respiramos. Destruimos lugares inigualables con toda su variedad de vida, a la que le llevó millones de años desarrollarse, por no tener cuidado al crear potreros para vacas y campos agrícolas cubiertos de fertilizantes e insecticidas, al construir grandes presas y carreteras por donde quiera, y al permitir el desordenado crecimiento de pueblos y ciudades. Introducimos especies de otras regiones como lirios acuáticos y peces limpiapeceras, plantas y animales que se vuelven invasores y causan graves problemas a las especies nativas, las depredan, les transmiten enfermedades, compiten con ellas y destruyen su hábitat.
Consumimos demasiado y desperdiciamos demasiado. Cuando en México éramos muchos menos habitantes, el ambiente se podría recuperar si se dejaba descansar, pero actualmente ya rebasamos los 112 millones de habitantes en el país y los 7 mil millones en el planeta. A lo anterior, debemos agregar que nuestro impacto ya no es local, afecta de manera importante el clima de todo el planeta.
Debido a nuestras actividades, la calidad del ambiente disminuye para nosotros mismos y para todos nuestros parientes: plantas, animales, hongos y microorganismos. Familiares que lejanos o cercanos, han formado parte de la trama viva del sarape mucho antes que nosotros y a los cuales les debemos el aire, el agua, el suelo, los nutrientes, la energía y todos los productos que usamos día a día.
Afortunadamente, tú y yo podemos reparar los daños al tejido y recuperar al sarape del que somos parte. El primer paso es dejar de hacer daño. Para esto, es necesario conocer a a la naturaleza y reflexionar sobre nuestra relación con el ambiente. A pesar de que inconscientemente nos sentimos cada vez más separados de bosques, selvas, ríos, lagos, es tan solo una ilusión causada por la vida artificial que hemos creado a nuestro alrededor. Dependemos del agua, del aire, de la tierra y de los organismos con los que compartimos el planeta. Somos parte de ellos y ellos son parte de nosotros. Respiramos el mismo aire, bebemos la misma agua y comemos los mismos alimentos no solo provenientes de los seres vivos con los que vivimos actualmente, sino de los que vivieron antes y de los que vivirán después.
Tú y yo podemos decidir diariamente si desperdiciamos o ahorramos el agua, si contaminamos o no el aire, si producimos excesos de basura o reciclamos, y si apagamos la luz cuando no la necesitamos.
Al hacerte consciente de estos lazos de parentesco que tenemos con los seres vivos y de nuestra dependencia con los que existen, existieron y existirán, los valorarás y los respetarás un poco más y pondrás atención en los árboles, flores, pájaros y mariposas y otros seres vivos que todos los días te acompañan. Conoce y cuida la naturaleza y participa en recuperar y entretejer diariamente el grandioso sarape que es la vida en la Tierra. Pon atención y escucha el llamado.
Carlos Galindo Leal
Director General de Comunicación de la Ciencia
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
Coordinación general Soc. Francisco Rafael Vázquez Ávila, Asociación de Ciudadanos por el Agua del Estado de Veracruz, A.C. ProAgua
Coordinación de diseño y producción gráfica Horacio René Tenorio Medina
Grabación y producción Lic. Francisco Aragón Pale, Radio Universidad Veracruzana
Masterización Alejandro Rulfo Méndez, Radio Universidad Veracruzana
La CONABIO agradece que nos hayan compartido y autorizado promover este magnífico material a:
Fernando Javier Escalante Sobrino, Radio Universidad Veracruzana
Francisco Rafael Vázquez Ávila
Susana Alejandre
Lorena Acosta Vázquez, Coordinadora Estatal de Culturas Populares de Veracruz
Óscar Hernández Beltrán, Departamento de Culturas Populares
Transmisión Especial en Opus 94.5fm 22.12.12 de Oscilaciones de la Naturaleza
Obra de tipo sinfónico para Síntesis Modular y Gran Orquesta compuesta de cinco movimientos. A través de la música integrada con fotografía y video se lleva de viaje al espectador por los ecosistemas de nuestro país, y a reflexionar sobre de la importancia de la relación entre cada uno de nosotros y nuestro ambiente. Trabajo de tipo interdisciplinario que conjuga la música, las artes visuales y escénicas, y que incorpora un discurso narrativo no textual de alto impacto. Obra altamente épica, evocativa, con gran musicalidad y propuesta artística.
Grabada con la Orquesta Sinfónica de Cinematografía de la República Checa Con el apoyo de CONABIO, CONACULTA, CENART
Sinfonía Electrónica No. 3 Oscilaciones de la Naturaleza Trailer 1
Oscilaciones de la Naturaleza y otras piezas del maestro Antonio Isaac Gómez
3a semana de la Diversidad Biológica 24 de mayo de 2013
Paquete didáctico desarrollado por Emilio Lomé y Julieta Torres García que forma parte de los materiales educativos para nivel preescolar del programa Educar con Responsabilidad Ambiental (ERA) de la Secretaría de Educación del Estado de Chiapas.
La misión de ERA es establecer en todo el sistema Chiapaneco, una nueva cultura con responsabilidad ambiental, mediante prácticas y políticas saludables y sustentables, basados en procesos efectivos de la Nueva Escuela Chiapaneca y la participación ciudadana.
La CONABIO participa en la revisión de los materiales del programa a través del Consejo Nacional del Programa del cual forma parte el Dr. José Sarukhan.
Agradecemos a la Secretaría de Educación del Estado de Chiapas la posibilidad de subir estos materiales a nuestra página.