La "huella ecológica" es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda que hacemos de los recursos y por los desperdicios que producimos. Los individuos generamos una huella ecológica al igual que las instituciones, las ciudades, los países; e incluso la humanidad completa considerada en su totalidad causa un impacto, una huella profunda en los ecosistemas. El tamaño de la huella tiene consecuencias en nuestro propio bienestar y depende de nuestros patrones de consumo y desperdicio.
Durante los últimos años, la Comisión ha planeado y desarrollado actividades y acciones dirigidas a reducir su huella ecológica en diferentes rubros: electricidad, agua, dióxido de carbono y reciclado, además de promover otras políticas de concientización y cultura saludable.
Instalaciones eléctricas
Durante 2011 en el edificio de Conabio se realizó el cambio de lámparas de balastro a lámparas LED ahorradoras de luz.
Consumo de luz
Antes de lámparas LED: 19,000 W/día
Después de lámparas LED: 9,000 W/día
Ahorro diario aproximado del 51%
Desde 2012 se han instalado letreros que informan al personal sobre el buen uso de los apagadores de luz en todas las instalaciones, así como sensores de movimiento para apagadores automáticos en pasillos y escaleras del edificio.
Consumo de luz (control por sensores)
Antes: 2,592 W por día
Después: 700 W por día
Ahorro diario de alrededor del 73%
En mayo de 2015 se realizó el cambio del equipo de la subestación eléctrica por uno más eficiente para tener un mayor abasto eléctrico a un menor costo. Lo anterior provocó que se redujera el costo en alrededor de un 43%.
Generación solar
En 2015 se instalaron 150 paneles solares Solar Tec. S60CP en la azotea del edificio con capacidad de generar hasta 32.5 kWp, con una producción mensual de 5,185 kWh.
Del 15 de septiembre de 2015 al 1 de febrero de 2019, dichos paneles han generado la cantidad de 177,376.80 kWh, lo cual ha permitido a Conabio ahorrar la emisión de 101,664.4 kg de CO2.
Instalaciones sanitarias
Se han puesto en marcha diversas medidas para favorecer el ahorro de agua.
Captación
En 2015 se realizaron adaptaciones en la instalación hidráulica del edificio de Conabio, que incluyeron tubos y cisterna para captación de agua pluvial y consumo interno.
Se cuenta con dos tinacos cisterna, ambos con capacidad de 10,000 litros, con los cuales se capta agua proveniente del escurrimiento de una superficie aproximada de 300 m2, cuyo volumen varía dependiendo de la temporada del año y las lluvias que ocurren en la Ciudad de México. El agua recuperada alimenta la red sanitaria de la Conabio. En 2018, por ejemplo, se aprovecharon 229 m3 de esta forma.
Los meses con más lluvia en el Valle de México son junio a agosto, durante los cuales las cisternas llegan a llenarse tres o cuatro veces por mes, es decir, aproximadamente de 120 a 160 mil litros de agua colectada de la lluvia.
©Grupo Mapaches 2011 y 2012
La Conabio se ha preocupado por tener un ambiente de trabajo sano y que genere una atmósfera de trabajo agradable. Por ello, entre otras medidas ha creado áreas verdes de esparcimiento y con fines ornamentales que además contribuyen a la captura de dióxido de carbono.
Muro de 100 m2 ubicado en el pasillo principal de acceso al edificio, y que consta de 38 especies ornamentales distintas y más de 2,700 plantas.
Azotea verde que tiene una superficie de 102 m2 con especies nativas de la Cuenca de México concebida por un botánico especialista del Instituto de Biología de la UNAM. Cuando hay sobrepoblación, las plantas se donan al personal.
Actualmente, con la técnica de hidroponia, se cultivan en la azotea verde plantas comestibles como lechuga, jitomate, arúgula, kale (col rizada), estevia, romero, menta, hierbabuena, epazote, acelga, albahaca, hinojo, manzanilla y pápalo, entre otras, además de plantas no comestibles como el cempasúchil enano. Se realizan alrededor de 3 a 4 cosechas por año. Dicha producción se pone a la venta a todo el personal de la Comisión que desee adquirir los productos a costos de recuperación para mantenimiento y gastos de operación.
Alrededor de 20 voluntarios participan en el cultivo hidropónico, en actividades de monitoreo de variables físico químicas (control del pH, sólidos disueltos, adición de nutrientes y control de plagas con medios naturales), en la germinación de semillas y su custodia hasta su siembra en el sistema.
©Grupo Mapaches
Desde 2010 en la Conabio se separan residuos provenientes del comedor de empleados, los cuales se dividen en botes señalados como orgánicos, unicel, PET, latas, tapas plásticas y otros restos inorgánicos.
En el caso del unicel, se recicla a través de la empresa Renueva (creada por egresados de la Facultad de Ingeniería de la UNAM) aproximadamente cada 3 meses.
Por su parte, las tapas plásticas recolectadas son llevadas por una voluntaria a los centros de acopio de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer, A.C. (AMANC) aproximadamente cada dos meses. Con ello, se apoya a sufragar algunos gastos de alimentación o médicos.
En las oficinas se realiza la separación de papel bond para reuso o bien para su reciclaje. Este último es recogido aproximadamente cada semana.
Conabio participa en el programa ecológico y social "Darle color a la vida de un niño con cáncer no te cuesta nada", a través de la empresa Ecosistems, que recolecta cartuchos vacíos de impresoras y equipo electrónico obsoleto (monitores, CPU, teclados, mouse, no break, etc.) de cuya venta o recuperación donan un porcentaje a la AMANC en Morelos.
Se promueve adicionalmente el reuso de envases y utensilios de cocina, para evitar la generación de desechos, así como el empleo de materiales reciclables en la cafetería.
La Conabio fomenta actividades dirigidas a una cultura más sana, así como de convivencia entre el personal.
Todos los viernes hay venta de alimentos orgánicos y/o certificados al personal de Conabio, que incluye dulces típicos, café, miel, mezcal, artesanías, entre otros. Esta actividad favorece a pequeños productores y artesanos, que realizan sus actividades bajo criterios amigables con la biodiversidad.
En este tenor, en la cafetería también se utiliza café orgánico de productores organizados del estado de Oaxaca.
En 2011 surgió un grupo de voluntarios en Conabio que se autodenominaron Mapaches, el cual promueve buenas prácticas en el uso de los recursos de la institución e impulsa medidas que fortalecen una mejor relación de cuidado del medio ambiente. Ente sus iniciativas recientes estuvo la campaña para reducir el uso de unicel en la cafetería.
©Eugenia González 2012
Desde 2006 la institución promueve la ya tradicional Carrera del Guajolote, de aproximadamente 2.5 km en una pista del Bosque de Tlalpan. Los primeros lugares obtienen premios. La Carrera del Guajolote tiene anualmente un promedio de 50 participantes.
En 2017 se instalaron racks para acomodar hasta 11 bicicletas, por la demanda de los usuarios que hacen uso de este medio de transporte amigable con el medio ambiente.
©Isaí Domínguez 2015 ©Roberto Arreola 2017
Información proporcionada por: Norberto González Huerta, Berenice Vázquez, Nadya Almeraya, Cecilia Fernández, Edgar Villeda, María Teresa Rodríguez, Desirée Sánchez y Carolina Guzmán.