México es uno de los 12 países megadiversos del mundo, que albergan entre el 60 y 70% de la biodiversidad total del planeta (Mittermeier et al., 1997; Sarukhán y Dirzo, 2013). Por ese motivo es necesario promover la conservación de los recursos biológicos de los cuales también depende el desarrollo del país. Para logarlo, es indispensable conocer la distribución espacial y temporal de los ecosistemas y entender los procesos naturales y antrópicos que ocurren allí.
Los datos de sensores remotos, como las imágenes de satélite y las fotografías aéreas, permiten observar la Tierra continuamente en escalas temporales y espaciales diferentes, comprendiendo todo el territorio nacional o un sitio de muestro específico (fig. 1). Las características de los datos de los sensores remotos facilitan estudiar los elementos de la superficie terrestre en diferentes niveles de detalle y hacen posible el monitoreo.
La CONABIO realiza el seguimiento de los cambios en la distribución de la vegetación y usos de suelo en los ecosistemas de México de forma cuantitativa. Así mismo, desarrolla análisis detallados en ecosistemas específicos, lo que permite conocer su dinámica e identificar sus amenazas actuales y potenciales. Con esto, se busca el desarrollo de sistemas de monitoreo y alerta temprana mediante análisis de datos de sensores remotos, información auxiliar, trabajo en campo y retroalimentación de especialistas en los diferentes campos del conocimiento.
Figura 1. Ejemplo de datos de sensores remotos en diferentes resoluciones
En este marco la CONABIO trabaja en dos escalas espaciales: la nacional y la ecosistémica. Emplea diversos datos de sensores remotos para extraer información como el verdor de la vegetación, anomalías en temperatura de la superficie, identificación y delimitación de ecosistemas, diferenciación de comunidades vegetales, servicios ecosistémicos, procesos de perturbación, entre otros.
Nacional:
Por ecosistema: