Llama cabezona

La "llama cabezona", un camélido norteamericano muy similar a los guanacos de la actualidad, aparece en el registro fósil con una antigüedad de 2 millones de años, fue una de las últimas de su género en desaparecer hace 10 milenios. Sus ancestros, las primeras especies de Hemiauchenia, remontan su existencia a más de 13 millones de años y pudieron ser los ancestros de los actuales camélidos suramericanos.

Con alrededor de 230 kg. y una altura al hombro de 1.45 m., fue más grande que las llamas modernas, se diferenció de estas últimas por sus extremidades proporcionalmente más largas, lo que le permitió tener una veloz locomoción. Al igual que los camellos modernos, debió estar bien adaptado a ambientes abiertos y áridos. Probablemente vivía en grupos familiares de entre 2 y 20 individuos.

Se alimentaba de gran variedad de plantas, desde pastos resistentes a la sequía hasta plantas tropicales, lo que indica una excelente adaptación al medio.

A pesar de ser un animal que prácticamente sólo contaba con su velocidad para escapar de los depredadores entre los que figuraban pumas, lobos, leones, osos, jaguares y felinos dientes de sable, logró subsistir en Norteamérica por unos 2 millones de años hasta que hace 10 milenios, al finalizar la última glaciación, este resistente animal se extinguió.

Texto: Sergio de la Rosa

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