Combustible

Es evidente que la manipulación del fuego ha constituido uno de los avances más importantes dentro de la evolución humana. El uso y control del mismo fue trascendental en cuanto a los cambios conductuales que se derivaron de su conocimiento, ya que permitió modificar ritmos de vida naturales; el fuego ofrecía iluminación y calor, daba protección frente a los depredadores, y ahuyentaba a los insectos. Asimismo, el fuego aportó una profunda modificación en el régimen alimenticio de los humanos, ya que, gracias al fuego, la dieta basada en vegetales fue cambiando paulatinamente a una dieta omnívora. También con el fuego se modificaron las características mecánicas de ciertos materiales como la madera, el hueso y la piel; aunado a ello, alrededor del fuego se intercambiaban ideas y se transmitían conocimientos, acelerando indirectamente la capacidad de comunicación y de aprendizaje1,2.

En la actualidad, se estima que cerca de la mitad de la población mundial utiliza materiales vegetales o animales como principal fuente de energía de uso doméstico, y de estos, la leña es la principal forma de uso combustible, de hecho, su recolección representa cerca de la mitad del total de los productos forestales extraídos a nivel mundial3.

México se encuentra entre los primeros 20 países con mayor producción y consumo de leña. Alrededor de 4 millones de hogares (11% del total) usan leña o carbón como combustible para cocinar y calentar alimentos. La región tropical del sur del país es en donde hay mayor consumo de leña o carbón, seguido de la región templada del centro de México, y posteriormente la región cálida extrema del norte, en donde hay menor porcentaje de consumo de este tipo de combustibles4.

Los habitantes de zonas rurales, son los que principalmente utilizan los recursos biológicos como combustibles, ya que, a diferencia de las comunidades urbanas, están disponibles en su entorno en ciertas temporadas. Sin embargo, este factor no es el único que determina su uso, también está en juego un amplio conocimiento sobre estas especies, que va desde la selección, recolecta, transporte, almacenamiento, manejo del fuego, entre otros. Esta valoración depende también de los propósitos de uso, por ejemplo, calentar la vivienda, cocinar ciertos alimentos, calentar agua, realizar ceremonias o rituales, preparar remedios medicinales o prácticas terapéuticas, trabajo agrícola, elaboración de artesanías, entre otros. Además de estos objetivos, y en función de ellos, hay una gran variedad de formas de uso, las más comunes son la leña, el carbón y el ocote, pero existen muchas más que dependen también de las cualidades de cada especie utilizada.

Ejemplo de lo anterior es el cacahuananche (Licania arborea), del cual se usa el aceite presente en las semillas, ya que es flamable y arde con una luz muy intensa que sirve para iluminar. Una forma de uso poco conocida es el calehuale, que es el tallo seco de las cactáceas columnares, por ejemplo, de la pitaya (Stenocereus stellatus), el chende (Polaskia chende) y el chichipe (Polaskia chichipe), especies presentes de la región del Valle de Tehuacán-Cuicatlán, en donde son utilizadas como combustible. En muchas regiones del país se utilizan también los iniciadores de fuego, muy importantes porque favorecen la combustión, y de esta manera se reduce el consumo de leña, ejemplos de estos son el olote, el rastrojo y el ocote, los dos primeros son los productos que sobran del manejo del maíz (Zea mays), y el tercero se refiere a trozos de madera de algunos pinos (Pinus spp.), muy inflamables por su alto contenido de resina.

Cacahuananche

El aceite del Cacahuananche

Pitaya

El tallo seco de la Pitaya

Chende

El tallo seco del Chende

Chichipe

El tallo seco del Chichipe

Olote

Olote, como iniciador de fuego

Abono

Buñiga (excremento seco de vaca)

La forma de uso depende mucho de la disponibilidad del recurso, por ejemplo, en regiones áridas del centro de México, en temporada de lluvias la leña es escasa, y en su lugar se usa el mezote, que son los tallos secos de algunas agaváceas como la cucharilla (Dasylirion acrotrichum). Además de las plantas, está documentado que en algunas zonas rurales del país se recolecta y se seca el excremento de las vacas (Bos taurus y Bos indicus), denominado buñiga o boñiga, el cual se considera un buen combustible para cocinar, porque es altamente inflamable y enciende rápido. Por otro lado, las comunidades rarámuris de la Alta Tarahumara, en el estado de Chihuahua, recolectan la pudrición causada por el hongo conocido localmente como gasoko o soraka (Phellinus robustus), en la corteza y madera de los encinos de la región (Quercus spp.), a este producto le denominan yesca, y sirve para producir fuego5.

Las personas valoran los recursos combustibles de acuerdo a múltiples atributos. Estas cualidades pueden ser deseables o indeseables, y sirven de criterio para seleccionar especies, tanto para la recolecta como para el traslado y la combustión. Por ejemplo, para la leña se toma en cuenta si genera brasas, la intensidad del calor, la duración, si se genera humo, si enciende rápido, si se apaga, el volumen de cenizas, el rendimiento, el peso de los leños, si hace tizne, si suelta chispas, entre otros6.

Si bien es cierto que en nuestro país el consumo de los recursos biológicos como material combustible está relacionado con los usos y costumbres de cada comunidad, hay opiniones acerca de las consecuencias severas en la salud, particularmente en el desarrollo de enfermedades pulmonares debido al proceso de combustión. Además, desde el punto de vista ambiental, son inciertos los impactos en la deforestación y en la dinámica de los ecosistemas. Es por eso que algunos especialistas proponen impulsar las prácticas tradicionales, tales como los sistemas agroforestales, con el objetivo de preservar la producción de alimentos, la fertilidad del suelo, la cobertura vegetal, la captación de agua y la producción sustentable de leña como componente energético utilizando estufas que expulsen el humo fuera de las cocinas7.

La base para el desarrollo de este tipo de estrategias es el conocimiento, por tal motivo la CONABIO está implementando el proyecto “Especies de uso combustible en México”, mediante el cual se compila, integra y sistematiza la información publicada sobre todas las especies con este tipo de uso en México. Este proyecto ha logrado compilar la información de alrededor de 1,300 especies combustibles con 24 formas de uso diferentes: aceite, calehuale, carbón, cera, conos, corteza, fibra, frutos, hojas, leña, madera, mezote, ocote, olote, raíz, ramas, rastrojo, resina, semillas, tallo, tronco, vainas, varuña y yesca. De esta forma la CONABIO genera el conocimiento que favorece la toma de decisiones para el desarrollo de estrategias sustentables sobre el uso y manejo de las especies de uso combustible.

Referencias
  1. Otte, M. 2002. Fire as an evolutionary factor. Fire in Archaeology 1089: 7-9.
  2. Roussel, B., 2005, Contribution a l’étude d’une technique préhistorique: la production du feu par percussion de la pierre. Tesis Doctoral. Universidad de Montpellier. Francia.
  3. Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada, A. C. 2003. El uso de la biomasa como fuente de energía en los hogares, efectos en el ambiente y la salud, y posibles soluciones. México.
  4. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. 2018. Encuesta Nacional sobre Consumo de Energéticos en Viviendas Particulares (ENCEVI). México.
  5. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. 2020. Sistema de Información de los Usos y Manejo de la Biodiversidad Mexicana. CONABIO. México.
  6. Caballero, C. P. 2015. Preferencias en el aprovechamiento de la leña para uso doméstico en el municipio de Tlanchinol, Hidalgo: una aproximación etnobotánica cuantitativa. Tesis de licenciatura. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. México.
  7. Aguirre-Cortés, E.; López-Martínez, J. O.; Vargas-Larreta, B.; Pat-Fernández, J. M. & Macario-Mendoza. 2018. Preferencias de uso de leña en un paisaje cultural en el sur de México. Revista Chapingo Serie Ciencias Forestales y del Ambiente 24(2): 147-160.

CONABIO. 2020. Combustible https://www.biodiversidad.gob.mx/diversidad/combustible. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, Cd. de México. México.
Contenido: Alejandro Rendón y Lucila Neyra

Actualizado en: 30/09/2020 - 01:15hrs.