El vino y el océano son temas que quizá no tienen entre ellos mucha relación, pero ambos estuvieron altos entre mis prioridades. Mi nombre completo era Antoine Renaud Fabrice y "Toño" para los cuates. Mi padre Henri era suizo y mi madre, Clotilde Dangon, era francesa y llegaron a México alrededor de 1940. En la Ciudad de México formaron la empresa Olivares Mexicanos para comercializar aceitunas y aceite, pero eso los llevó a Baja California, el lugar ideal para ese cultivo. Yo nací en la Ciudad de México, y a los dos años ya vivía en el hermoso Valle de Guadalupe, hogar de famosos viñedos.

El nombre del Valle proviene de la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe del Norte que fue establecida en 1834 por el misionero dominico Felix Caballero. Sin embargo, tan solo duró 4 años, ya que fue destruída por Jatñil, líder de los kumiai, molesto por la imposición de la religión católica. Los kumiai, pobladores de la región por más de dos mil años, aun residen aquí. Desde 1700 los misioneros jesuitas trajeron la producción de vino a la península. En 1905 llegaron al Valle inmigrantes rusos "molokanos" que se dedicaron a la agricultura, reactivando la industria vinícola. A partir de 1937 se formaron los ejidos con predominio de cultivos mediterráneos como la vid, olivo, hortalizas y frutales. En este caldo de cultivo, con herencia europea, rodeado de uvas, y cercano al mar, me interesé en la Oceanología y en la Enología.

Estudié Oceanología en la Escuela Superior de Ciencias Marinas de la Universidad Autónoma de Baja California y más adelante, hice el doctorado en la Escuela de Oceanografía de la Universidad de Oregon, Estados Unidos. Viajé por África, Europa, América del Sur y la Antártida.

En 1981 ingresé al Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), donde laboré el resto de mi vida. El CICESE fue creado en 1973 por CONACYT para descentralizar las actividades científicas y tecnológicas en México. Dentro de esta institución, bajo la dirección del Dr. Saúl Álvarez Borrego, lideré a un grupo de investigadores que trabajó con PEMEX en el Proyecto integral de mediciones oceanográficas, único en su tipo en el CICESE, con el cual ahora se tiene una descripción más amplia y precisa de los procesos oceanográficos (como la circulación del agua profunda y el oleaje) y meteorológicos que ocurren en el Golfo de México.

La información recabada por este grupo ha sido de gran valor para las distintas actividades económicas que se realizan en la zona, incluyendo la pesca y el turismo; para pronosticar fenómenos de gran impacto como ciclones, así como para mejorar el diseño de las plataformas petroleras.

En mi vida como como empresario, junto con mi hermana Natalia, dirigí el viñedo heredado por mis padres llamado "el Mogor" localizado en el Valle de Guadalupe, Baja California. La conservación del ambiente también fue una de mis inquietudes, y me dediqué a buscar estrategias para hacer sustentable esta actividad, sobre todo por el problema de escasez y sobreexplotación del agua en la región del Valle de Guadalupe. Obtuvimos nuestra primera cosecha Mogor Badán en 1987. Actualmente, el viñedo produce vinos orgánicos.

También me dediqué a la docencia y fui miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, de la American Geophysical Union y de la Oceanography Society. Me despedí en el Hospital Velmar de Ensenada el 17 de noviembre de 2008 a los 57 años a causa de una intoxicación por alimentos y fui enterrado en mis propios viñedos.