Tabloncillo se caracteriza por sus mazorcas alargadas, de grano dentado a semicristalino, con coloraciones del blanco, amarillo, anaranjado y “ahumado” (Wellhausen et al. 1951). Dentro de la diversidad de esta raza hay un gradiente en tamaño de planta y precocidad, desde plantas bajas y precoces hasta plantas altas y tardías (CONABIO 2010).
Es de amplia distribución en el occidente y noroeste del país, desde Michoacán, Jalisco, Nayarit y Sinaloa hasta las zonas bajas de las sierras de Sonora, en Chihuahua y Baja California Sur (CONABIO 2011, Wellhausen et al. 1951). Es una de las razas de uso comercial de mayor distribución en el occidente de México y probablemente una de las más productivas previo a la expansión de los materiales híbridos, aunque en los últimos 10 años se ha reducido su extensión de siembra (CONABIO 2010).
Evidencias etnobotánicas muestran que, en las áreas de distribución de Tabloncillo, los agricultores combinan, cruzan y seleccionan poblaciones de esta raza con Tuxpeño para obtener materiales de mejores rendimiento que en algunas regiones denominan “Tampiqueño” (CONABIO 2010).
Tabloncillo es una excelente raza por su tamaño de mazorca, uniformidad, sanidad y puede presentar una buena aptitud combinatoria con razas de alturas intermedias y tropicales del Golfo. Los agricultores aún conservan y cultivan muy buenas muestras de esta raza (CONABIO 2010).
Se usa principalmente para su consumo como elote, tortilla y pozoles y se reporta también para la preparación de un tipo de bebida fermentada conocida como “piznate” (CONABIO 2011, Hernández X. 1985, CONABIO 2010, Wellhausen et al. 1951).
Tabloncillo tuvo su origen del cruzamiento natural de las razas Harinoso de Ocho y Reventador (Wellhuasen et al. 1951). Dentro de esta raza se distinguen los tipos Tabloncillo Blanco, Tabloncillo Ahumado y Tabloncillo Perla, los dos primeros cultivados a altitudes de 1,000 a 1,500 m y el tercero en altitudes menores a 1,000 m, principalmente en el estado de Nayarit (Wellhuasen et al. 1951). Ortega et al. (1991) sugirieron considerar al Tabloncillo Perla como una raza separada, por la forma en que ha sido manejada posteriormente (Sánchez et al. 2000).
Foto: Alejandro Ortega Corona